HARTOS Y HARTAS DE MENTIRAS, OCULTACIONES Y CHANCHULLOS DEL PNV.

 

Sí, estamos hartos y hartas de cómo está gestionando el PNV e Ibarrika este Ayuntamiento. Ambos llevaban en sus programas electorales términos como “transparencia” y “participación” pero una vez que se repartieron las Teniente Alcaldías (y los emolumentos que se fijaron para esos cargos), la participación y la transparencia empezaron a brillar por su ausencia. En numerosos plenos denunciamos que no se nos daba toda la información. Al principio, los acuerdos de la Junta de Gobierno, que tienen carácter de Decreto, es decir, de orden ejecutiva, ni tan siquiera se daba cuenta de ellos en Pleno. Tuvimos que ser nosotras y nosotros quienes exigiésemos ese mínimo de transparencia.

Estamos hartos y hartas también de las mentiras y ofensas, en sesión Plenaria del portavoz de Ibarrika con el beneplácito del Alcalde que como mucho sólo pone cara de asombro ante los despropósitos de su teniente alcalde y socio de gobierno. En la sesión del lunes por ejemplo, mientras el portavoz de EHbildu rechazaba la subida de impuestos en un municipio en el cuál no se hecho otra cosa que subir los gastos superfluos (dietas, revistas de auto-bombo, contrataciones sin concurso…) el tercer Teniente Alcalde y portavoz de Ibarrika dejó caer un pañuelo sobre la mesa ocupada por el portavoz de EHbildu Barrika indicándole que “dejara de llorar”, algo, que como se sabe, los machotes como él nunca hacen. Cuando tomó la palabra, sus argumentos, como también suele ser habitual, se apoyaron en falsedades y mentiras. Por ejemplo, dijo que EHbildu había subido los impuestos “pero bien” en la legislatura pasada cuando, EHbildu Barrika nunca ha propuesto subir los impuestos por encima de la inflación (que lleva en torno a cero casi toda la década). Esta falsedad se la pudimos responder en el instante, pero como mentir sale gratis en este Ayuntamiento –al menos si eres socio del PNV o miembro del propio PNV- pues no pasa nada y se animó con más mentiras como la de que en Plentzia, donde gobierna EHbildu, se había subido el IBI, hecho que es rotundamente falso, pues en verano aprobaron los tipos recomendados por la Diputación que marcaban, precisamente, no incrementar la presión fiscal. Una vez más mintió y, una vez más, tuvo que inventarse algo de otro municipio para no hablar de Barrika que, no olvidemos, es lo que le compete. Es lamentable que el Alcalde permita actitudes de este tipo, por muy socio o muy exalcalde del PNV que sea. El Pleno está para hablar de los problemas de Barrika y no para enfangar el debate con mentiras y con argumentos que están fuera de lugar. PNV e Ibarrika no van a lograr callarnos con este tipo de estrategias infantiles. Aunque sí lo logran, hay que reconocérselo, que estemos cada vez más hartos y hartas de su comportamiento.

Lo más lamentable de la sesión plenaria del lunes, sin embargo, ocurrió en el tiempo de preguntas del público pero no ha sido hasta ayer cuando hemos sido conscientes de ello. Concretamente, un vecino de Muriola, preguntó si existía alguna novedad respecto a Muriola y el Alcalde le respondió que no, cuando ayer supimos, por la prensa, que desde mediados de noviembre el Alcalde tiene en su poder la sentencia que condena nada más y nada menos al Ayuntamiento de Barrika a pagar solidariamente con la Diputación 1,5 millones de euros (el presupuesto anual de Barrika) por el intento fallido de pelotazo urbanístico de Muriola. El Alcalde se limitó a negar cualquier novedad y a pasar palabra, es conocido que el PNV de Barrika siempre opta por dar las menos explicaciones posibles. El portavoz de Ibarrika, y tercer teniente Alcalde, sin embargo, no lo hizo y aprovechó su turno para tratar de justificar las decisiones del PNV de finales de los años noventa. Según él todo lo acontecido en este asunto le “sobrevino” al PNV, como si lo ocurrido fuese fruto de una intervención divina o caído del cielo. Evidentemente, en ese momento no entendimos a cuento de qué venía semejante discurso, pero una vez que hemos sabido, insistimos, por la prensa, la sentencia de Muriola, aquél discurso ha recobrado todo su sentido. Efectivamente, ahora se entiende, por parte de los concejales/as de la oposición, ese burdo intento de quitarse responsabilidades de encima.

Contrariamente a lo que cree y quiere hacer creer el portavoz de Ibarrika (y también el PNV que en esto también van de la mano) incluso la lluvia que cae del cielo tiene una explicación científica y no es fruto de casualidad, y sí, por el contrario, de la causalidad. Y, por supuesto, lo de Muriola también. Hemos escrito bastante en este blog (pinchar aquí por ejemplo) sobre todo este proceso que nos ha llevado, entre otras calamidades, a estar condenados a pagar una indemnización que puede hipotecar el futuro de nuestro municipio. Y todo lo que ha “sobrevenido” responde a decisiones concretas tomadas por personas concretas y no a ningún fenómeno divino. La primera de ellas, donde se inicia todo este desastre se tomó el 12 de junio de 1997, precisamente, en el Ayuntamiento de Barrika. Cinco concejales del PNV, entre ellos el Alcalde de aquél entonces, votaron a favor de reclasificar un suelo protegido en un suelo urbanizable, haciendo oídos sordos al rechazo y advertencias de los dos concejales de la oposición, ambos, de Herri Batasuna.  Estos ya advirtieron en aquel Pleno de las posibles consecuencias de la decisión que se estaba tomando, que por otra parte, eran del todo previsibles, pues reclasificar un terreno protegido para construir chalets en un municipio, además, que cuenta con grandes cantidades de terreno muchos más aptos para ello, era un auténtico despropósito en 1997 como lo es en la actualidad.  Como le gusta decir al representante de Ibarrika, aunque nunca lo hace con este tema y en este sentido, de aquellos polvos, estos lodos.

Lo que sí parece evidente es que las decisiones que tomó el PNV, tanto en el Ayuntamiento ese día del 97, como posteriormente en la Diputación de Bizkaia, nos lo van hacer pagar a los vecinos y vecinas de Barrika. Está por ver, si lo vamos a pagar doblemente, por nuestra condición de bizkaitarras y barrikoztarras, o solamente por lo primero.

¿Cabe imaginar que ante una noticia de semejante repercusión, un Alcalde no convoque en reunión a todos los grupos del municipio para analizar la situación? La actitud de este equipo de gobierno es de lo más reprobable y está llegando a límites difícilmente imaginables. A pesar de que nos tienen hartas, ni tiraremos la toalla ni nos damos por vencidas.  Les va ser muy difícil mantener sus chanchullos en la oscuridad.