2015/01/17

AYUNTAMIENTO BLOQUEADO CON UN MODELO DE GESTIÓN PRESIDENCIALISTA.



El día 19 de julio de 2011 se celebró la primera sesión plenaria. Como corresponde al primer Pleno de la legislatura, en dicha sesión suelen acordarse únicamente una serie de puntos relacionados con el funcionamiento futuro del Ayuntamiento, como son, entre otros, la periodicidad de los Plenos y Comisiones Informativas,  el reparto de responsabilidades o el régimen remunerativo. Entre ellos, hoy nos vamos a dedicar a valorar las Comisiones Técnicas de trabajo que se aprobaron en aquella sesión y que como se sabe desde el verano de 2013 ya no están en vigor después que el PNV junto con los dos tránsfugas las dejaran en suspenso.

Evidentemente, siempre hay que estar abierto al cambio de criterio, dado que la experiencia puede demostrarnos que nuestras predicciones iniciales estaban equivocadas y que la realidad se muestra de manera diferente a la que preveíamos. Por ello, consideramos que transcurrido año y medio desde que anularan  el organigrama de funcionamiento que pusimos en vigor aquel 19 de julio, puede ser un buen momento para evaluar ambos modelos de gestión que han estado en vigor en estos tres largos años. Así en las siguientes líneas vamos a exponer las diferencia entre un modelo descentralizado que funcionó hasta el verano de 2013 con el modelo centralista, completamente presidencialista, que impera desde aquel entonces y, que por cierto, ha sido el único que ha regido en nuestro Ayuntamiento a excepción del periodo de Comisones Técncias de la primera parte de esta legislatura.
Como se sabe las elecciones municipales de 2011 arrojaron un resultado muy igualado en el cual el PNV y Bildu se repartían un tercio de los concejales cada uno de ellos y con el tercio restante divido entre Ibarrika y los Verdes. Con este panorama, ajustado y diverso, desde Bildu consideramos que un organigrama descentralizado en el cuál todos los concejales/as tuviesen opción de participar en algún grupo de trabajo era, si cabía, más imprescindible que nunca. Por ello, en las negociaciones que mantuvimos con el PNV -que estaba más preocupado en no perder la alcaldía- asumió el reto de organizar el Ayuntamiento de una manera transversal en la que se lograba burlar de alguna manera el presidencialismo extremo que permite la Ley municipal. Así, en lugar de concentrar todas las responsabilidades en el PNV, éste no sólo aceptó descentralizar en tres áreas los diferentes ámbitos de gestión, sino que a su vez admitió que cada área estuviese representada por tres concejales/as de distinto grupo político. Es decir, y contrariamente a lo que venía siendo habitual, el trabajo municipal en adelante no estaría concentrado en un equipo de gobierno formado exclusivamente por los concejales del PNV sino que se formaban tres Comisiones Técnicas, que aunque no tenían poderes ejecutivos, sí tenían la misión de hacer el trabajo previo de los asuntos que después llegarían a las comisiones informativas. De esta manera, todos los representantes del Ayuntamiento, tenían la posibilidad de participar directamente de la gestión de alguna de las áreas municipales. Por operatividad y por una división simple, cada una de las tres áreas estaría conformada por tres concejales, que como se dijo, eran de partidos diferentes para garantizar la pluralidad en cada una de ellas.
Este sistema estuvo en vigor hasta que en septiembre de 2013 el PNV -y no el Ayuntamiento como correspondería a una decisión adoptada en Pleno-, nos comunicó al resto de la corporación vía email que habían quedado anulados los grupos de trabajo y que en el siguiente pleno, a celebrar el 30 de septiembre, se volvería al modelo presidencialista característico de nuestro municipio. Dicho en otras palabras, con esta orden quedaban anulados los grupos de trabajo, los tres concejales del PNV se apropiaban de todas las áreas de gestión y la labor del resto de concejales y concejalas se limitaba a asistir para ser informados en las comisiones informativas a celebrar los últimos miércoles de cada mes. Al mismo tiempo, la periodicidad de los plenos pasaba a ser de cada dos meses a uno al trimestre, reduciendo también la participación de los vecinos y vecinas en la cuestión pública.
Como se ha comentado, al ser una decisión de Pleno, el PNV no tenía competencias para tomar esa decisión en solitario por lo que tuvo que presentar su nueva propuesta de funcionamiento en sesión Plenaria y la logró sacar adelante gracias al apoyo de los dos concejales que para entonces ya habían abandonado (por distintas razones) sus grupos de origen pero que, como se sabe, se niegan a devolver sus actas de concejal. Es decir, el PNV necesitó de los concejales que comúnmente se conoce como tránsfugas para aprobar el modelo presidencialista que impera en la actualidad.
Las razones esgrimidas para justificar semejante decisión era que si bien reconocían que algunas Comisiones Técnicas funcionaban bien, la labor de éstas carecía de sentido porque luego, en comisión informativa volvían a repetirse los temas, lo que generaba, a su entender, una pérdida de tiempo que retrasaba la decisiones en perjuicio de los vecinos y vecinas.  Es decir, en su opinión existía un exceso de trabajo que no era necesario por lo que abogaban por un modelo que nos prometían sería más eficiente e igual de transparente y participativo que el anterior.
Más de un año transcurrido desde entonces parece pertinente preguntarse si, efectivamente, se ha demostrado cierta la tesis de una mayor operatividad, participación y transparencia. Nosotros y nosotras, entendemos que nada más lejos de la realidad, puesto que es palpable que este modelo de funcionamiento, ni es más eficiente, dado que las medidas no se toman con mayor celeridad y, desde luego, como cabía esperar, ni es participativo y ni mucho menos transparente para los concejales que no son del PNV. Sirva como muestra, que en la actualidad, los concejales de la oposición debemos presentar nuestras propuestas directamente en el Pleno a través de vía de urgencia, porque en las supuestamente más eficientes comisiones informativas, nunca tenemos oportunidad para exponerlas, aun presentándolas por escrito con bastante antelación como hacemos desde Ehbildu Barrika. Por no hablar del deterioro de la transparencia donde no hay modo de saber qué están tratando los concejales del PNV (si es que están tratando algo) porque no existen ninguna acta que recoja sus reuniones, contrariamente a cuando existían las Comisiones Técnicas, que siempre se levantaban actas con el trabajo realizado por cada una de ellas, para ponerlas así a disposición del resto de la corporación y poder seguir los asuntos en curso. Ahora esto simplemente es imposible. Es innegable, por consiguiente, que la participación interna en el Ayuntamiento se ha reducido considerablemente, basta para comprobarlo con contar las reuniones entre concejales que se hacían antes con las que se hacen ahora (de una semanal a una mensual). Tampoco queda nada, por ejemplo, del carácter transversal del anterior modelo que ha pasado a mejor vida y ha entregado toda la gestión a un PNV que apenas da explicaciones de su gestión y exprime hasta el extremo la presidencialista Ley municipal en vigor. El deterioro en las relaciones personales también ha sido notable, y el mal ambiente y las broncas son habituales dado la incapacidad del Alcalde de moderar y ponderar los debates. Basta pasarse por cualquier pleno para darse cuenta de todo lo anterior.
Anulado el sistema anterior, además, en este año y pico bajo el nuevo modelo han aparecido prácticas que considerábamos ya abandonadas como, por ejemplo, las contratación de empresas a dedo y sin ofrecer ninguna explicación, los sobrecostes en algunas contrataciones de las cuales no se nos da cuenta, facturación de nuevo al Grupo de Noticias (Deia) de las que nos enteramos una vez abonadas, indemnizaciones pagadas en contra del criterio de la mayoría de la corporación  (INBISA), nuevas contrataciones de servicio que duplican el gasto anterior sin mejorar el servicio (Arquitecto) y un largo etcétera. Esto no puede sorprender a nadie, puesto que como cabía esperar todo esto no es más que el resultado de un modelo presidencialista en el cual los tres concejales del PNV, un tercio de la corporación no lo olvidemos, acapara todo el poder gestionando como si tuviese mayoría absoluta y sin tener que dar apenas explicaciones de su actividad. Y esto, que es legal, pero para nosotros completamente antidemocrático, es posible gracias a los Decretos de alcaldía que se han convertido en la herramienta de gestión habitual hasta tal punto que las obras que no pueden hacerse por decreto y necesitan por tanto de mayoría, han desaparecido. Y es que, efectivamente, más problemas tiene el Alcalde para sacar adelante asuntos que requieren de una mayor mayoría, pero hasta ahora gracias al apoyo de los tránsfugas ha salido airoso de alguno de estos bretes, como en los Presupuestos Municipales que ambos concejales facilitaron, al parecer, sin tan siquiera habérselos leído como han dado a entender tras la polémica suscitada en torno a las dietas aprobadas en dichos presupuestos.
Esta enmienda a la totalidad que hacemos desde EHbildu Barrika al nuevo modelo de gestión que rige en nuestro Ayuntamiento no debe ocultar tampoco algunas de las carencias que mostraba el anterior modelo. Es cierto que había muchos aspectos de las Comisiones Técnicas que debían ser mejorados pero aun y todo era un modelo infinitamente mejor que el actual. La mayor carencia se debió sobre todo a que había concejales que, o bien no entendieron cómo funcionaba, o bien sólo perseguían su fracaso. Por ejemplo este modelo perjudicaba a la estrategia política de Ibarrika, que se reducía a presentar propuestas en los plenos bajo una representación exagerada con el único propósito de alentar a sus fieles, puesto que de tener interés en su desarrollo podría haber utilizado las Comisiones Técnicas para que además de darlas a conocer, también pudiesen ser desarrolladas en los grupos de trabajo. Pero al parecer, la prioridad de la agrupación independiente era hacer un poco de ruido en el Pleno sin mostrar excesivo interés en que sus propuestas saliesen adelante. La mayoría de ellas además, eran tan generales y poco consistentes que no servían para mucho más que hacer un poco de ruido.
Los tránsfugas, sobre todo a partir de que uno de ellos dejara de ser presidente de una Comisión Técnica, no cejaron en el empeño de cargarse este modelo con el propósito de forjar una mayoría con el PNV a través de negociaciones bilaterales. A su vez el PNV consideró ésta como una buena opción y las reuniones bilaterales entre los jeltzales y los dos tránsfugas lograron cierta regularidad hasta que el PNV no apoyó algunas de las exigencias de los dos tránsfugas, sobre todo en el ámbito del urbanismo  (construcción de las 350 viviendas en Larrauri (Heidi) o la redensificación de Garramune).
El PNV en vez de profundizar y estudiar cómo mejorar modelo, entendió que era una buena oportunidad para tomar las riendas del Ayuntamiento y hacer y deshacer a su manera, algo que con las Comisiones Técnicas se le antojaba bastante más difícil a pesar, no lo olvidemos, que el Alcalde siempre fue del PNV. Esta decisión nos devolvió a la senda de gobierno-oposición, en la que la oposición ha de conformarse con fiscalizar lo que hace el gobierno, con la iescasa nformación que éste le da y que a algunos concejales, incluso de la propia oposición, tanto le gusta. Efctivamente, sólo EHbildu se ha mostrado dispuesto a superar la dicotomía gobierno-oposición, y parece que el resto de grupos sólo aspiran a poder conformar una mayoría bilateral con el PNV excluyendo al resto de grupos. Desde EHbildu, sin embargo, cuando tuvimos la oportunidad de negociar con el PNV, lo hicimos en pro de un modelo que permitiese a todos los concejales, independientemente de su signo político, participar de la gestión municipal. Esto, y no otra cosa, es lo que perseguíamos con las Comisiones Técnicas.
Tal y como le dijimos al PNV cuando buscó nuestro apoyo nada más conocerse los resultados electorales, nuestra misión en el Ayuntamiento no se iba a limitar a apoyar o rechazar las medidas del Alcalde, ni a ser socios preferentes de ellos; por el contrario, nosotros y nosotras, entramos en el Ayuntamoento con la intención de participar en la gestión y presentar nuestras medidas concretas que, por supuesto, saldrían adelante en función del apoyo que pudiésemos recabar.  Y al igual que nosotros, también el resto de grupos debían tener las mismas oportunidades. Para facilitar este modelo, sin embargo, era necesario un sistema en el cuál la información fluyese entre todos los concejales desde el principio y donde existiesen foros para presentar sus propuestas. A día de hoy no  nos cabe la menor dudad que eso sólo se ha garantizado cuando estuvieron en vigor las Comisiones Técnicas. Por ello, las hemos defendido y las defendemos como modelo de gestión también para el futuro, porque contrariamente a lo que nos quisieron hacer creer, un año y medio después se ha demostrado que la eficiencia, la participación y la transparencia en la gestión sólo han estado garantizadas bajo un modelo descentralizado y transversal como el que se adoptó a principios de legislatura y no por el cual se rige nuestro Ayuntamiento en la actualidad.

 

4 comentarios:

  1. Claro con las comisiones tecnicas había que trabajar más y tanto pnv como los transfugas quedaban en evidencia porque les gusta poco o no se enteraban, y el sr Ezpeleta solo le interesaba hacer que trabajaba en los plenos con su antzerki plomizo y como exalcalde no podía defender lo que el mismo no había puesto en marcha en sus 4 años de mandato tirando de decretado y llenándosele la boca diciendo "yo soy el alcalde". En fin espero que con tanto escándalo chapucero hecho y deshecho que llena la prensa últimamente por cierto, la gente del pueblo no les vuelva a dar su confianza, porque esta visto lo que son capaces de hacer e incapaces de gestionar.

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  2. Perdon muy largo y no lo entiendo
    Saludos

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  3. Tienes razón, es un artículo demasiado largo y seguramente farragoso. Básicamente lo que queriamos decir es que esta legislatura el Ayuntamiento se ha organizado de dos formas diferentes: Un modelo descentralizado donde todos los cocnejales tenían opción de trabajar en alguna de las tres áreas y otro modelo en el que sólo el PNV trabaja las tres áreas. El primer modelo lo propusimos nosotros, y el PNV lo aceptó porque no tenía asegurada la Alcladía a principio de legislatura. El segundo, el centralizado, lo impuso el PNV con la ayuda de los dos tránsfugas.
    En el primero, los concejales de cada área se reunían casi todas las semanas para abordar los asuntos (desde el principio) que luego se decidían en comisión informtativa antes de llevarlos a Pleno. Ahora, sin embargo, el PNv decide qué se trata en las Comsiones Informtativas y el resto de concejales tienen conocimiento por primera vez de esos temas (cuando no nos enteramos por la prensa), y la inmensa mayoría de las veces las decisiones ya están tomadas e incluso realizadas. Es decir, antes todos los concejales podían trabajar los asuntos y dar sus puntos de vista, y ahora sólo pueden "escucharlos" una vez que han sido aprobados.
    La ruptura del sistema anterior lo justificaron por que decían no era eficiente, pero lo que se ha visto desde entonces es que lo que no es eficiente es el modelo actual y desde luego no es ni participativo (condena a los concejales a escuchar) ni transparente (no se sabe qué hace el PNV, no dan explicaciones, no hay actas etc.). Por eso decimos que es un modelo presidnecialista, nada participativo y poco transparente.
    Nosotros queremos poner en valor que en un ayuntamiento pequeño como este todos debemos tener posibilidad de presentar nuestras propuestas, contar con la información desde el principio y tener la posibilidad de trabajar los temas, que luego se aprobarán en función de la mayoría que cada uno obtenga, esto es lo que queremos decir con transversal. Pero, tanto Ibarrika como los trásfugas prefieren una relación bilateral, es decir que no haya grupos de trabajo con todos los concejales, y que las mayorías se acuerden con reuniones entre ellos y el PNV. Eso fue lo que nos ofreció el PNV al inicio de legislatura y nosotros le dijimos que no, que nada de bilateralidad que queríamos un modelo transversal.
    El tiempo está demostrando que durante la primera parte de la legislatura se hicieron muchas más cosas (presupuestos participativos, obras de saneamiento, auditoría energética, etc.) que desde que el PNV gestiona el solo todo, solamente hace pequeñas cosas y muchas de ellas aprobadas con el modelo anterior. Por eso queríamos reivindicar que una forma de organización más transversal y participativa no sólo ha sido posible sino que además se ha demostrado más eficiente, transparente y participativa.
    Esperamos haberte aclarado algo, ya ves que el comentario también nos ha quedado muy largo, tendremos que mejorar nuestra capacidad de síntesis. Eskerrik asko por tu comentario.

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  4. Es cierto que a buen entendedor pocas palabras bastan,pero en un asunto complicado es muy importante explicarlo bien y procurando no dejar cosas en el tintero.Creo que el artículo deja muy clara la maniobra del PNV que apoyándose en los tránsfugas han abortado algo que la generalidad de los habitantes del pueblo desean y que no es otra cosa que los grupos políticos se pongan de acuerdo en hacer cosas que mejoren y hagan mas agradable la vida a todos.Con esta actuación han antepuesto su interés político de expulsar a Ehbildu de la gestión municipal y dejar que el PNV maniobre a su antojo.Animo ehbildu

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