CASUALIDADES DE ÚLTIMA HORA

Por fin, se celebro la reanudación del Pleno del día 30. Se trataron una serie de temas, algunos importantes para los vecinos y vecinas como la modificación de las Ordenanzas Fiscales o el tema de Barrikabaso que llegó a monopolizar buena parte del pleno. No vamos a entrar ahora a explicar lo ocurrido con ambos temas en profundidad, porque requiere de un análisis que todavía no hemos realizado como grupo, pero sí, queremos subrayar algunas casualidades de última hora que por parecer más banales no dejan de tener su importancia.

 

La primera casualidad la comprobamos antes incluso de empezar la sesión. Lamentablemente, los dos concejales no adscritos habían excusado su asistencia. No sólo uno, si no ambos. Ya es insólito que falte algún concejal al pleno, pero dos, salvo epidemia de gripe, no se recuerda.

La segunda casualidad, fue el cambio de parecer del PNV respecto al Convenio elaborado por los servicios jurídicos del Ayuntamiento en colaboración con las partes implicadas en Barrikabaso y que ya hemos comentado en otras entradas anteriores. El cambio de parecer, insistimos, no se debe a que deje de apoyar el Convenio, porque ya venía diciendo desde que intervino la Diputación que no le parecía la solución, pero sí se mostraba partidario de abstenerse. Ayer, en cambio, votó en contra y junto al voto del concejal de Ibarrika consiguió los cuatro votos que le daba la mayoría si tenemos en cuenta que, casualmente, faltaban dos concejales, que sí apoyaban (hasta hace dos días al menos) el Convenio, pero que lamentablemente no pudieron asistir.

Puestos a hablar de casualidades, permítasenos aventurar, que en el pleno siguiente cuando se trate el tema de la retribución a los y las políticas, no habrá obstáculo alguno que impida a ningún concejal asistir a dicha sesión, y ya puestos a hacer hipótesis, imaginamos que el PNV apoyará retribuir con dietas de 150 euros por reunión (más del doble que en Plentzia, Gorliz o Lemoiz por ejemplo) para mantener el nivel adquisitivo de los concejales a pesar de que el nuevo modelo de organización del Ayuntamiento nos obligue a asistir a menos reuniones al mes (siempre que lo permita nuestra salud, claro). Es decir, vamos a cobrar la misma cantidad mensual por asistir menos al Ayuntamiento en reunión oficial. Algo, como saben, en estos tiempos no le pasa a nadie ni por casualidad.

Pero volviendo al tema que nos ocupa y dejado de lado la especulación, lo cierto es que el PNV aprovechándose de tanta casualidad metió un gol en términos políticos a quienes abogábamos por impulsar el Convenio que, a nuestro entender, puede solucionar el drama humano que asiste a las personas que viven en la urbanización de Barrikabaso.  Pero, ¿cuán importante era la aprobación de este Convenio por parte del Ayuntamiento? Pues en realidad, bien poco. Esta sólo es una propuesta, la única viable por cierto presentada hasta ahora, que permite llegar a un consenso entre las partes. Pero precisamente, por que depende de las partes, la relevancia del Ayuntamiento es más bien escasa, siendo Txipio Bai y los vecinos afectados quienes tendrían que suscribirlo, y en caso de que alguno de ellos se negara, pues no tendría sentido alguno por muy aprobado que estuviera.

Hay que reconocer que el PNV se apuntó un tanto político en el Pleno anterior y si el problema que afecta a Barrikabaso dependiese de aspectos políticos, como algunos creen todavía, estaríamos más cerca de su resolución. Pero, lamentablemente, lo cierto es que este no es un problema político que se resuelve con mayorías en el Pleno de Barrika o en las Juntas de Bizkaia, si no que es marcadamente jurídico y urbanístico. Esto no significa que los políticos y políticas no podamos hacer nada, pero tenemos que ser conscientes que la política lo único que puede hacer a estas alturas de partido, es intentar que esto no llegue de nuevo al terreno judicial, porque, si no lo evitamos, será aquí donde se dirá la última palabra. Es decir, lo único que está en nuestras manos, y por la responsabilidad que tenemos hemos de ser claros en este aspecto con la ciudadanía, es evitar judicializar el tema, que es precisamente, lo que pretendíamos apoyando el Convenio.

Entonces, ¿por qué ciertos vecinos y vecinas se niegan a firmarlo y se mostraron tan críticos con nosotros? Porque entienden que el respaldo del PNV tanto en Barrika, como sobre todo, en la Diputación puede ser determinante para sus intereses y de ahí deriva la responsabilidad de dicho grupo en todo este tema (además de toda la responsabilidad de haber llegado hasta esta situación). Evidentemente, consolidar como urbano es más sugerente que disconforme con el planeamiento para los vecinos que viven en la zona, aunque en la vida diaria no se aprecie diferencia alguna. Pero es que, salvo acuerdo entre las partes, la cuestión no se va a dirimir ni en el Ayuntamiento ni en la Diputación, sino mucho nos tememos, en alguna instancia judicial. Y en este campo, el peso del Ayuntamiento y de la Diputación no parece ser tan relevante como algunos quieren creer,  tal y como ha demostrado Txipio Bai en al menos tres ocasiones en instancias judiciales. Confiar en ambas instituciones, nos parece temerario por los antecedentes, pero, insistimos, sin acuerdo entre las partes, no será competencia de ninguna de ellas dar una solución definitiva al caso porque, como hemos reiterado, no es la política quien tiene aquí la última palabra.

Nosotros ponemos en valor el acuerdo entre las partes afectadas como solución inmediata a la situación de los propietarios de viviendas en Barrikabaso y en este sentido seguiremos trabajando. De momento sólo hay una propuesta factible que acerque posturas encima de la mesa: el Convenio. ¿Qué ahora ya no gusta? No pasa nada, tráigase otra, pero dejen de vender humo y de alargar la situación sin concreción alguna. La complejidad y dimensión de este problema es tal que no se arreglara dejando pasar el tiempo, ni tampoco por mayorías o minorías resultado de casualidades de última hora.