El día 19 de julio de 2011 se celebró la primera sesión plenaria. Como corresponde al primer Pleno de la legislatura, en dicha sesión suelen acordarse únicamente una serie de puntos relacionados con el funcionamiento futuro del Ayuntamiento, como son, entre otros, la periodicidad de los Plenos y Comisiones Informativas, el reparto de responsabilidades o el régimen remunerativo. Entre ellos, hoy nos vamos a dedicar a valorar las Comisiones Técnicas de trabajo que se aprobaron en aquella sesión y que como se sabe desde el verano de 2013 ya no están en vigor después que el PNV junto con los dos tránsfugas las dejaran en suspenso.
Evidentemente, siempre hay que estar abierto al cambio de criterio, dado que la experiencia puede demostrarnos que nuestras predicciones iniciales estaban equivocadas y que la realidad se muestra de manera diferente a la que preveíamos. Por ello, consideramos que transcurrido año y medio desde que anularan el organigrama de funcionamiento que pusimos en vigor aquel 19 de julio, puede ser un buen momento para evaluar ambos modelos de gestión que han estado en vigor en estos tres largos años. Así en las siguientes líneas vamos a exponer las diferencia entre un modelo descentralizado que funcionó hasta el verano de 2013 con el modelo centralista, completamente presidencialista, que impera desde aquel entonces y, que por cierto, ha sido el único que ha regido en nuestro Ayuntamiento a excepción del periodo de Comisones Técncias de la primera parte de esta legislatura.
Como se sabe las
elecciones municipales de 2011 arrojaron un resultado muy igualado en el cual
el PNV y Bildu se repartían un tercio de los concejales cada uno de ellos y con
el tercio restante divido entre Ibarrika y los Verdes. Con este panorama,
ajustado y diverso, desde Bildu consideramos que un organigrama descentralizado
en el cuál todos los concejales/as tuviesen opción de participar en algún grupo
de trabajo era, si cabía, más imprescindible que nunca. Por ello, en las
negociaciones que mantuvimos con el PNV -que estaba más preocupado en no perder
la alcaldía- asumió el reto de organizar el Ayuntamiento de una manera
transversal en la que se lograba burlar de alguna manera el presidencialismo
extremo que permite la Ley municipal. Así, en lugar de concentrar todas las
responsabilidades en el PNV, éste no sólo aceptó descentralizar en tres áreas
los diferentes ámbitos de gestión, sino que a su vez admitió que cada área
estuviese representada por tres concejales/as de distinto grupo político. Es
decir, y contrariamente a lo que venía siendo habitual, el trabajo municipal en
adelante no estaría concentrado en un equipo de gobierno formado exclusivamente
por los concejales del PNV sino que se formaban tres Comisiones Técnicas, que
aunque no tenían poderes ejecutivos, sí tenían la misión de hacer el trabajo
previo de los asuntos que después llegarían a las comisiones informativas. De
esta manera, todos los representantes del Ayuntamiento, tenían la posibilidad
de participar directamente de la gestión de alguna de las áreas municipales. Por
operatividad y por una división simple, cada una de las tres áreas estaría
conformada por tres concejales, que como se dijo, eran de partidos diferentes
para garantizar la pluralidad en cada una de ellas.
Este sistema
estuvo en vigor hasta que en septiembre de 2013 el PNV -y no el Ayuntamiento
como correspondería a una decisión adoptada en Pleno-, nos comunicó al resto de
la corporación vía email que habían quedado anulados los grupos de trabajo y
que en el siguiente pleno, a celebrar el 30 de septiembre, se volvería al modelo
presidencialista característico de nuestro municipio. Dicho en otras palabras, con
esta orden quedaban anulados los grupos de trabajo, los tres concejales del PNV
se apropiaban de todas las áreas de gestión y la labor del resto de concejales
y concejalas se limitaba a asistir para ser informados en las comisiones
informativas a celebrar los últimos miércoles de cada mes. Al mismo tiempo, la
periodicidad de los plenos pasaba a ser de cada dos meses a uno al trimestre,
reduciendo también la participación de los vecinos y vecinas en la cuestión
pública.
Como se ha
comentado, al ser una decisión de Pleno, el PNV no tenía competencias para
tomar esa decisión en solitario por lo que tuvo que presentar su nueva propuesta
de funcionamiento en sesión Plenaria y la logró sacar adelante gracias al apoyo
de los dos concejales que para entonces ya habían abandonado (por distintas
razones) sus grupos de origen pero que, como se sabe, se niegan a devolver sus
actas de concejal. Es decir, el PNV necesitó de los concejales que comúnmente
se conoce como tránsfugas para aprobar el modelo presidencialista que impera en
la actualidad.
Las razones
esgrimidas para justificar semejante decisión era que si bien reconocían que
algunas Comisiones Técnicas funcionaban bien, la labor de éstas carecía de
sentido porque luego, en comisión informativa volvían a repetirse los temas, lo
que generaba, a su entender, una pérdida de tiempo que retrasaba la decisiones
en perjuicio de los vecinos y vecinas.
Es decir, en su opinión existía un exceso de trabajo que no era
necesario por lo que abogaban por un modelo que nos prometían sería más
eficiente e igual de transparente y participativo que el anterior.
Más de un año
transcurrido desde entonces parece pertinente preguntarse si, efectivamente, se
ha demostrado cierta la tesis de una mayor operatividad, participación y
transparencia. Nosotros y nosotras, entendemos que nada más lejos de la realidad,
puesto que es palpable que este modelo de funcionamiento, ni es más eficiente, dado
que las medidas no se toman con mayor celeridad y, desde luego, como cabía esperar,
ni es participativo y ni mucho menos transparente para los concejales que no son del PNV. Sirva como muestra, que en la actualidad, los
concejales de la oposición debemos presentar nuestras propuestas directamente en el Pleno a
través de vía de urgencia, porque en las supuestamente más eficientes
comisiones informativas, nunca tenemos oportunidad para exponerlas, aun
presentándolas por escrito con bastante antelación como hacemos desde Ehbildu
Barrika. Por no hablar del deterioro de la transparencia donde no hay modo de
saber qué están tratando los concejales del PNV (si es que están tratando algo)
porque no existen ninguna acta que recoja sus reuniones, contrariamente a cuando
existían las Comisiones Técnicas, que siempre se levantaban actas con el
trabajo realizado por cada una de ellas, para ponerlas así a disposición del
resto de la corporación y poder seguir los asuntos en curso. Ahora esto
simplemente es imposible. Es innegable, por consiguiente, que la participación interna en el
Ayuntamiento se ha reducido considerablemente, basta para comprobarlo con contar las reuniones
entre concejales que se hacían antes con las que se hacen ahora (de una semanal a una mensual). Tampoco queda nada, por ejemplo, del carácter transversal del anterior modelo que ha pasado a mejor vida y
ha entregado toda la gestión a un PNV que apenas da explicaciones de su
gestión y exprime hasta el extremo la presidencialista Ley municipal en vigor. El deterioro en las relaciones personales también ha sido notable, y el mal ambiente y las broncas son habituales dado la incapacidad del Alcalde de moderar y ponderar los debates. Basta pasarse por cualquier pleno para darse cuenta de todo lo anterior.
Anulado el
sistema anterior, además, en este año y pico bajo el nuevo modelo han aparecido
prácticas que considerábamos ya abandonadas como, por ejemplo, las contratación de
empresas a dedo y sin ofrecer ninguna explicación, los sobrecostes en algunas
contrataciones de las cuales no se nos da cuenta, facturación de nuevo al Grupo de
Noticias (Deia) de las que nos enteramos una vez abonadas, indemnizaciones pagadas
en contra del criterio de la mayoría de la corporación (INBISA), nuevas contrataciones de servicio
que duplican el gasto anterior sin mejorar el servicio (Arquitecto) y un largo
etcétera. Esto no puede sorprender a
nadie, puesto que como cabía esperar todo esto no es más que el resultado de un
modelo presidencialista en el cual los tres concejales del PNV, un tercio de la
corporación no lo olvidemos, acapara todo el poder gestionando como si tuviese
mayoría absoluta y sin tener que dar apenas explicaciones de su actividad. Y esto, que es legal, pero para nosotros completamente
antidemocrático, es posible gracias a los Decretos de alcaldía que se han
convertido en la herramienta de gestión habitual hasta tal punto que las obras que no pueden hacerse por decreto y necesitan por tanto de mayoría, han desaparecido. Y es que, efectivamente, más problemas tiene el Alcalde para sacar
adelante asuntos que requieren de una mayor mayoría, pero hasta ahora gracias al
apoyo de los tránsfugas ha salido airoso de alguno de estos bretes, como en los
Presupuestos Municipales que ambos concejales facilitaron, al parecer, sin tan
siquiera habérselos leído como han dado a entender tras la polémica suscitada en
torno a las dietas aprobadas en dichos presupuestos.
Esta enmienda a
la totalidad que hacemos desde EHbildu Barrika al nuevo modelo de gestión que
rige en nuestro Ayuntamiento no debe ocultar tampoco algunas de las carencias
que mostraba el anterior modelo. Es cierto que había muchos aspectos de las
Comisiones Técnicas que debían ser mejorados pero aun y todo era un modelo
infinitamente mejor que el actual. La mayor carencia se debió sobre todo a que
había concejales que, o bien no entendieron cómo funcionaba, o bien sólo
perseguían su fracaso. Por ejemplo este modelo perjudicaba a la estrategia
política de Ibarrika, que se reducía a presentar propuestas en los plenos bajo
una representación exagerada con el único propósito de alentar a sus fieles,
puesto que de tener interés en su desarrollo podría haber utilizado las
Comisiones Técnicas para que además de darlas a conocer, también pudiesen ser
desarrolladas en los grupos de trabajo. Pero al parecer, la prioridad de la
agrupación independiente era hacer un poco de ruido en el Pleno sin mostrar
excesivo interés en que sus propuestas saliesen adelante. La mayoría de ellas
además, eran tan generales y poco consistentes que no servían
para mucho más que hacer un poco de ruido.
Los tránsfugas,
sobre todo a partir de que uno de ellos dejara de ser presidente de una
Comisión Técnica, no cejaron en el empeño de cargarse este modelo con el
propósito de forjar una mayoría con el PNV a través de negociaciones
bilaterales. A su vez el PNV consideró ésta como una buena opción y las
reuniones bilaterales entre los jeltzales y los dos tránsfugas lograron cierta
regularidad hasta que el PNV no apoyó algunas de las exigencias de los dos
tránsfugas, sobre todo en el ámbito del urbanismo (construcción de las 350 viviendas en Larrauri (Heidi)
o la redensificación de Garramune).
El PNV en vez de profundizar y estudiar cómo
mejorar modelo, entendió que era una buena oportunidad para tomar las riendas
del Ayuntamiento y hacer y deshacer a su manera, algo que con las Comisiones
Técnicas se le antojaba bastante más difícil a pesar, no lo olvidemos, que el
Alcalde siempre fue del PNV. Esta decisión nos devolvió a la senda de
gobierno-oposición, en la que la oposición ha de conformarse con fiscalizar lo
que hace el gobierno, con la iescasa nformación que éste le da y que a algunos
concejales, incluso de la propia oposición, tanto le gusta. Efctivamente, sólo EHbildu se ha mostrado dispuesto a superar la dicotomía gobierno-oposición, y parece que el resto de grupos sólo aspiran a poder conformar una mayoría bilateral con el PNV excluyendo al resto de grupos. Desde EHbildu, sin embargo, cuando tuvimos la oportunidad de negociar con el PNV, lo hicimos en pro de un modelo que permitiese a todos los concejales, independientemente de su signo político, participar de la gestión municipal. Esto, y no otra cosa, es lo que perseguíamos con las Comisiones Técnicas.
Tal y como le dijimos al PNV cuando buscó nuestro apoyo
nada más conocerse los resultados electorales, nuestra misión en el Ayuntamiento no se iba a limitar a apoyar o
rechazar las medidas del Alcalde, ni a ser socios preferentes de ellos; por el contrario, nosotros
y nosotras, entramos en el Ayuntamoento con la intención de participar en la gestión y presentar
nuestras medidas concretas que, por supuesto, saldrían adelante en función del
apoyo que pudiésemos recabar. Y al igual que nosotros, también el resto de grupos debían tener las mismas oportunidades. Para facilitar este modelo, sin embargo, era necesario un
sistema en el cuál la información fluyese entre todos los concejales desde el
principio y donde existiesen foros para presentar sus propuestas. A día de
hoy no nos cabe la menor dudad que eso sólo se ha garantizado cuando estuvieron
en vigor las Comisiones Técnicas. Por ello, las hemos defendido y las
defendemos como modelo de gestión también para el futuro, porque contrariamente
a lo que nos quisieron hacer creer, un año y medio después se ha demostrado que
la eficiencia, la participación y la transparencia en la gestión sólo han
estado garantizadas bajo un modelo descentralizado y transversal como el que se
adoptó a principios de legislatura y no por el cual se rige nuestro Ayuntamiento en la actualidad.
Claro con las comisiones tecnicas había que trabajar más y tanto pnv como los transfugas quedaban en evidencia porque les gusta poco o no se enteraban, y el sr Ezpeleta solo le interesaba hacer que trabajaba en los plenos con su antzerki plomizo y como exalcalde no podía defender lo que el mismo no había puesto en marcha en sus 4 años de mandato tirando de decretado y llenándosele la boca diciendo "yo soy el alcalde". En fin espero que con tanto escándalo chapucero hecho y deshecho que llena la prensa últimamente por cierto, la gente del pueblo no les vuelva a dar su confianza, porque esta visto lo que son capaces de hacer e incapaces de gestionar.
ResponderEliminarPerdon muy largo y no lo entiendo
ResponderEliminarSaludos
Tienes razón, es un artículo demasiado largo y seguramente farragoso. Básicamente lo que queriamos decir es que esta legislatura el Ayuntamiento se ha organizado de dos formas diferentes: Un modelo descentralizado donde todos los cocnejales tenían opción de trabajar en alguna de las tres áreas y otro modelo en el que sólo el PNV trabaja las tres áreas. El primer modelo lo propusimos nosotros, y el PNV lo aceptó porque no tenía asegurada la Alcladía a principio de legislatura. El segundo, el centralizado, lo impuso el PNV con la ayuda de los dos tránsfugas.
ResponderEliminarEn el primero, los concejales de cada área se reunían casi todas las semanas para abordar los asuntos (desde el principio) que luego se decidían en comisión informtativa antes de llevarlos a Pleno. Ahora, sin embargo, el PNv decide qué se trata en las Comsiones Informtativas y el resto de concejales tienen conocimiento por primera vez de esos temas (cuando no nos enteramos por la prensa), y la inmensa mayoría de las veces las decisiones ya están tomadas e incluso realizadas. Es decir, antes todos los concejales podían trabajar los asuntos y dar sus puntos de vista, y ahora sólo pueden "escucharlos" una vez que han sido aprobados.
La ruptura del sistema anterior lo justificaron por que decían no era eficiente, pero lo que se ha visto desde entonces es que lo que no es eficiente es el modelo actual y desde luego no es ni participativo (condena a los concejales a escuchar) ni transparente (no se sabe qué hace el PNV, no dan explicaciones, no hay actas etc.). Por eso decimos que es un modelo presidnecialista, nada participativo y poco transparente.
Nosotros queremos poner en valor que en un ayuntamiento pequeño como este todos debemos tener posibilidad de presentar nuestras propuestas, contar con la información desde el principio y tener la posibilidad de trabajar los temas, que luego se aprobarán en función de la mayoría que cada uno obtenga, esto es lo que queremos decir con transversal. Pero, tanto Ibarrika como los trásfugas prefieren una relación bilateral, es decir que no haya grupos de trabajo con todos los concejales, y que las mayorías se acuerden con reuniones entre ellos y el PNV. Eso fue lo que nos ofreció el PNV al inicio de legislatura y nosotros le dijimos que no, que nada de bilateralidad que queríamos un modelo transversal.
El tiempo está demostrando que durante la primera parte de la legislatura se hicieron muchas más cosas (presupuestos participativos, obras de saneamiento, auditoría energética, etc.) que desde que el PNV gestiona el solo todo, solamente hace pequeñas cosas y muchas de ellas aprobadas con el modelo anterior. Por eso queríamos reivindicar que una forma de organización más transversal y participativa no sólo ha sido posible sino que además se ha demostrado más eficiente, transparente y participativa.
Esperamos haberte aclarado algo, ya ves que el comentario también nos ha quedado muy largo, tendremos que mejorar nuestra capacidad de síntesis. Eskerrik asko por tu comentario.
Es cierto que a buen entendedor pocas palabras bastan,pero en un asunto complicado es muy importante explicarlo bien y procurando no dejar cosas en el tintero.Creo que el artículo deja muy clara la maniobra del PNV que apoyándose en los tránsfugas han abortado algo que la generalidad de los habitantes del pueblo desean y que no es otra cosa que los grupos políticos se pongan de acuerdo en hacer cosas que mejoren y hagan mas agradable la vida a todos.Con esta actuación han antepuesto su interés político de expulsar a Ehbildu de la gestión municipal y dejar que el PNV maniobre a su antojo.Animo ehbildu
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